Guayaquil

Guayaquil en Ecuador en Ecuador

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La economía de la Costa de Ecuador a comienzos del siglo XX

Desde finales del siglo XIX hasta 1925 la región de la Costa, especialmente Guayaquil, experimentó un importante crecimiento económico debido a la producción y exportación del cacao. Este fenómeno fue de tal magnitud que el Ecuador llegó a constituirse en el primer país del mundo exportador de este fruto; en la primera década del siglo XX llegó a abastecer el 25 por ciento de la demanda mundial.

La experiencia histórica de esta región, que producía y exportaba cacao desde épocas muy tempranas de la Colonia, le hacía competente para enfrentar la elevada demanda para la elaboración del chocolate, producto de moda en los países industrializados. Por otra parte, la magnífica calidad de los suelos y del fruto, la limitada inversión requerida por los cultivos, la mano de obra barata, el clima favorable y la gran red fluvial para el transporte fueron condicionantes favorables; se producía a bajo costo un buen producto que, además, podía venderse a un precio competitivo.

Esta coyuntura dejó enormes utilidades, lo que propició una gran acumulación de capitales y una transformación de las actividades y comportamientos económicos de los habitantes de la región. De los terratenientes productores nació un sector exportador y otro importador, y se desarrolló un sistema bancario. La prosperidad económica atrajo a inmigrantes, sobre todo italianos y catalanes, que apoyaron el incipiente desarrollo industrial y las actividades de importación. Se originó también un sector de trabajadores libres bajo un sistema de relaciones salariales de tipo capitalista.

Estas prósperas condiciones comenzaron a declinar dramáticamente desde la segunda mitad de la década de 1910, cuando se redujo la demanda internacional a causa de la Primera Guerra Mundial. Por otra parte, los productores debieron enfrentarse a las consecuencias de las plagas de monilla y escoba de bruja, que liquidaron muchas plantaciones. En fin, un tercer e importante motivo que ayudó al declive de la producción de cacao ecuatoriana fue la competencia de las colonias europeas africanas, que también empezaron a producir y vender este producto.

En la década de 1920 se produjo el colapso de la producción y exportación cacaoteras, que tuvo consecuencias diferentes en las distintas regiones y sectores sociales del país. En la Costa, los terratenientes, los exportadores y los banqueros dependientes de la «pepa de oro» se defendieron del desplome cacaotero a través de una doble estrategia: por un lado, especulaban con la divisa y manipulaban la política monetaria del Estado gracias al control que ejercían sobre los gobiernos; por otro lado, en un proceso temporal más largo, procedían a transformar los campos cacaoteros en cultivos de caña de azúcar, de arroz y de café, y, eventualmente, de banano.

El sector laboral ligado a la actividad cacaotera sufrió las mayores consecuencias de este colapso. Desplazados de las haciendas, algunos trabajadores lograron reacomodarse como asalariados o como aparceros en los nuevos cultivos del campo costeño; otros emigraron a la ciudad, donde engrosaron las filas de los desocupados. En esta crisis de desocupación, de baja de calidad de vida, de movimiento poblacional forzado, se encuentran algunas de las causas de la insurrección popular de Guayaquil de octubre y noviembre de 1922.

Los manejos gubernamentales a favor de los «dueños del cacao» produjeron la indignación de otros sectores económicos no sólo de la Costa, sino también, y sobre todo, de la Sierra, como es el caso de los industriales, los importadores y la banca importadora. Estos grupos, junto con otros segmentos del pueblo, se expresaron políticamente en julio de 1925 a través del golpe de Estado denominado «revolución juliana».

Fuente bibliográfica: Enciclopedia del Ecuador

El ferrocarril a comienzos del siglo XX: un elemento de integración de la economía nacional

Lo que Alfaro quería conducir por ese camino [el ferrocarril] era el sentido nacional, la necesidad de integrar el país, la unidad de la patria, tan azotada y débil a causa de sus contradicciones geográficas. Un intercambio comercial entre Costa y Sierra, entre la zona cálida, que se halla junto al mar y exporta su riqueza para devolverla al país en oro, o en productos industriales que nos enseñaban lo que se estaba haciendo en el mundo, o en maquinaria, en instrumentos de civilización en una palabra; ese intercambio con la zona andina, productora de alimentos de básica sustentación, era el problema fundamental de la economía ecuatoriana, por lo menos, el problema primero. […] En 1897, [Alfaro] consiguió de la Asamblea Nacional la autorización que necesitaba. En junio de ese año, firmó un contrato con Archer Harman, un ingeniero norteamericano, aventurero y capaz. […]

La obra se contrató en diez y siete millones y medio de dólares, por los cuales se emitieron bonos amortizables en treinta y tres años, al interés del seis por ciento anual. De la suma indicada, un poco más de doce millones de dólares quedaba garantizada por la Nación; la diferencia, con el valor que adquiriesen las acciones así adelantasen el ferrocarril y su rendimiento. […] Las modificaciones principales consistieron en que, después de setenta y cinco años de explotación, contados desde la terminación de la obra, la compañía entregaría cancelados al Gobierno, sin exigir indemnización alguna, los bonos preferidos, y además, por cierto, el ferrocarril, libre de todo gravamen y en buen estado de servicio, siempre y cuando se hubieran pagado las amortizaciones de los bonos comunes.

Fuente: Alfredo Pareja Díezcanseco, Ecuador. La República de 1830 a nuestros días.

La sociedad de la Costa en las primeras décadas del siglo XX

Hacia 1900 el Ecuador tenía una población estimada de 1.300.000 habitantes, concentrada en su mayoría en la zona rural. Empero, gracias a las nuevas condiciones económicas, parte de esa población emigró a las ciudades y, también, desde varias provincias de la Sierra hacia la Costa. La producción y exportación cacaoteras y el contacto más directo con el mercado mundial propiciaron que en la costa ecuatoriana surgiera un fenómeno social contradictorio: por una parte, se produjo el reforzamiento de las viejas relaciones de trabajo basadas en el concertaje y, por otra, en determinadas zonas y plantaciones se difundieron, cada vez con mayor potencia, las nuevas relaciones capitalistas, el trabajo libre y asalariado. Surgieron las clases sociales y sus organizaciones, y las grandes familias terratenientes cacaoteras ingresaron al comercio de importación y exportación y a las actividades bancarias. La industrialización fue un fenómeno marginal y asumido en buena medida por los inmigrantes. Todo ello se dio en el contexto de un proceso de diversificación económica que, por las características de capitalismo tardío y dependiente del país, no terminó de completarse durante todo el siglo XX.

Como resultado de la producción, el transporte y la comercialización del cacao, y de la ampliación de las actividades industriales y de servicios, surgieron grupos de trabajadores asalariados que, influidos por ideas socialistas -en particular del anarcosindicalismo- fundaron diversas organizaciones obreras. Sin embargo, la mayoría de los trabajadores de Guayaquil eran artesanos que fundaron o fortificaron sus organizaciones gremiales y que se inspiraban en las ideas de ayuda mutua. Este naciente movimiento obrero organizó sus federaciones, como la Confederación Obrera del Guayas (COG) y la Federación de Trabajadores Regional del Ecuador (FTRE).

Los artesanos y obreros guayaquileños efectuaron constantes acciones de protesta durante las tres primeres décadas del siglo. La de mayor trascendencia se llevó a cabo en octubre y noviembre de 1922, como respuesta a las deterioradas condiciones de vida de la población en momentos en que arreciaba la crisis cacaotera. El gobierno de José Luis Tamayo reprimió violentamente este alzamiento el 15 de noviembre; cientos de muertos fueron arrojados a la ría luego de la sangrienta acción militar. Por este motivo el movimiento laboral guayaquileño sufrió un importante reflujo durante los años venideros.

Fuente: Enciclopedia del Ecuador

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