Constituciones

Las Constituciones Ecuatorianas en Ecuador

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Inestabilidad política y cartas constitucionales

La independencia de las colonias españolas de América estuvo acompañada de la influencia de las concepciones filosóficas nacidas en torno y al calor de la Revolución Francesa. Esta influencia se manifestó en la adhesión a las concepciones jurídicas liberales sobre las formas de organización política, que planteaban que la monarquía absoluta debía ser sustituida por un Estado de derecho en el cual existiesen leyes obligatorias e iguales para todos los habitantes de un país, las mismas que debían delimitar claramente tanto las atribuciones del poder estatal como los derechos de los ciudadanos.

A este conjunto de normas generales que regulan la relación de los poderes públicos con los habitantes de un país se le dio el nombre de «constitución», porque tales normas constituyen y dan origen al Estado; son la base jurídica sobre la que se levanta la vida de un Estado fundamentado en el derecho.

En 1830, la fundación del Ecuador como Estado de derecho estuvo acompañada del funcionamiento de una Asamblea Constituyente que discutió, aprobó y promulgó una carta constitucional. En ella ya se puede apreciar la adopción de muchas de las ideas del pensamiento jurídico liberal. Entre otras cosas, proclamaba que la soberanía del Estado reside en el pueblo y acogía la clásica división tripartita de los poderes estatales: ejecutivo, legislativo y judicial. Desde ese entonces se consideró la Constitución como la ley de mayor jerarquía jurídica, a la que debía subordinarse toda la estructura legal.

Si bien el inicio de la vida independiente no significó para el Ecuador la presencia de una estructura jurídica totalmente acorde con la Constitución adoptada, en los años siguientes se dio una evolución del pensamiento jurídico y político que permitió el desarrollo del constitucionalismo y, con el paso del tiempo, la consolidación del Estado de derecho.

Éste ha sido un proceso complejo y accidentado, como lo demuestra el hecho de que durante 168 años de vida republicana se hayan adoptado diecinueve constituciones, de las cuales han tenido vigencia dieciocho (la de 1938 no rigió, ya que un golpe de Estado puso en vigencia la de 1906). De estas diecinueve cartas constitucionales, once se dictaron en el siglo XIX (en los años 1830, 1835, 1843, 1845, 1851, 1852, 1861, 1869, 1878, 1884, 1897) y ocho en el siglo XX (en los años 1906, 1929, 1938, 1945, 1946, 1967, 1978 y 1998). La Constitución vigente durante un período de tiempo más largo fue la aprobada por referéndum en 1978, que, con sucesivas reformas, rigió hasta 1998. La que rige actualmente entró en vigencia el 10 de agosto de 1998.

Inestabilidad política y cartas constitucionales

Del análisis de la historia del Ecuador cabe deducir que la abundancia de constituciones refleja la inestabilidad política que ha caracterizado al país, sobre todo en el siglo XIX. Luego de los gobiernos dictatoriales o de aquéllos surgidos de las confrontaciones políticas (resueltas muchas veces por la fuerza de las armas) se daban confluencias que culminaban en la redacción de una nueva carta constitucional, lo que daba paso al inicio de un nuevo período democrático regido conforme a derecho.

La relación entre la inestabilidad política y el elevado número de constituciones se manifiesta, por ejemplo, en el hecho de que durante los veinte años en que estuvo vigente la Constitución aprobada en 1978 el Ecuador gozó de regímenes democráticos y de estabilidad política, lo que contrasta con la inestabilidad política y la sucesión de dictaduras civiles y militares de la década de 1970, durante la cual estuvieron parcialmente vigentes cartas constitucionales promulgadas en distintas épocas, conforme lo declaraba cada gobierno de facto que se instauraba.

Fuente: Enciclopedia del Ecuador

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