Contaminación del Agua

La Contaminación del Agua en Ecuador en Ecuador

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En el Ecuador, la distribución geográfica del agua es desigual: en ciertas zonas escasea para la agricultura y la ganadería, mientras que en otras se desaprovecha. Se estima que el caudal total de los ríos ecuatorianos es de 9.315 metros cúbicos por segundo, a los cuales se suma el proveniente de las aguas subterráneas, que corresponde a 100 metros cúbicos por segundo; del conjunto, se utiliza menos del 20 por ciento. Este caudal es producido por más de noventa cuencas hidrográficas, 3.700 puntos de agua subterránea y 209 lagos, lagunas y estanques.

Pese a la existencia de este gran volumen de agua disponible, tan sólo el 5,2 por ciento de las tierras destinadas a la actividad agropecuaria se beneficia de un riego permanente. Por otra parte, cuando se comparan la disponibilidad y dotación de agua para la población se advierte una fuerte contradicción, pues sólo el 57 por ciento de los ecuatorianos disfruta de este servicio básico. Curiosamente, uno de los fenómenos más comunes que afecta la disponibilidad de agua es el de las inundaciones, que, como ya se ha observado, se deben sobre todo a la tala indiscriminada del recurso forestal.

A los problemas de distribución del agua se suma el peligro de la contaminación de los recursos hídricos, que puede afectar gravemente a la calidad de la misma. Cuando el agua recibe gran cantidad de sustancias que no pueden ser procesadas en el tiempo que necesita para autopurificarse, se contamina y muere. Entre los factores más destacables que contribuyen a la contaminación del agua en el Ecuador figuran la tala indiscriminada del recurso forestal, el vertiginoso crecimiento de las ciudades y la ausencia de planificación en el desarrollo industrial.

Hacia una situación crítica

Por lo que atañe a la situación de las aguas en el conjunto nacional, en la década de 1980 un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) reportaba que del conjunto de cuencas hidrográficas ecuatorianas, 22 se encontraban en situación crítica a causa de la erosión; 17 se clasificaban en situación seria; la situación de otras 13 se consideraba moderada; 26 figuraban como poco erosionadas, y 13 se hallaban en estado natural.

En la actualidad la situación es más crítica, pues se han incrementado los niveles de deforestación, la población urbana y el sector industrial se hallan en crecimiento y la regulación del sector público sobre las descargas es ineficiente. Todo ello ha traído como consecuencia un agravamiento de la contaminación del agua a causa de desechos sólidos, residuos industriales, minerales metálicos, plaguicidas y petróleo.

Los desechos sólidos y los cursos de agua

En el Ecuador, los cursos fluviales constituyen el depósito generalizado de los residuos domésticos, que se vierten en ellos sin ningún tratamiento previo. Sin embargo, sus aguas son utilizadas por la gente para el lavado de la ropa, el consumo humano y animal y el riego, con lo cual los ríos se convierten en focos de infección.

Las estadísticas señalan que el 67 por ciento de los desechos domésticos se elimina a cielo abierto, sin técnica ni control alguno; el 28 por ciento se vierte directamente a los ríos, y el 5 por ciento restante se suprime por medio de otros procedimientos, como la incineración, el reciclamiento en cultivos o el depósito en lagunas. Se añade a ello la circunstancia de que los desechos sólidos (basura) que se arrojan a quebradas o rellenos sin los debidos tratamientos son arrastrados por el agua de lluvia a las fuentes de agua superficial y se constituyen en otra importante fuente de contaminación.

Estudios sobre los ríos Machángara y Monjas, en Quito, los ríos Ambato y Cutuchi, en Ambato, y el Tomebamba, en Cuenca, reflejan los más altos índices de contaminación biológica que afectan a los cursos fluviales del país; sobre todo, es preocupante la presencia de metales pesados en el agua, dado que ésta es utilizada posteriormente para el riego agrícola, y los niveles de residualidad y toxicidad de estos elementos son factores contaminantes de los productos agrícolas. También se encuentran contaminadas las aguas de los ríos Cocola y Cucaracha, en Santo Domingo; Tiaone y Esmeraldas, en la provincia de Esmeraldas; Guayas y Babahoyo, en la Costa; y Aguarico, Coca, Cuyabeno y Napo, en la Amazonía.

Residuos industriales y minerales metálicos

En una consideración global, las industrias textiles, de curtiembre de cueros y de procesamiento de maderas producen la mayor concentración de contaminantes químicos de baja biodegradabilidad y elevada toxicidad. Las industrias de procesamiento y fabricación de alimentos, en cambio, presentan altos niveles de concentración de contaminantes industriales, con elevada biodegradabilidad y baja toxicidad. Un alto porcentaje de industrias no somete a ningún procesamiento sus residuos antes de depositarlos en los ríos, y corresponde a este sector una importante cuota de responsabilidad en la contaminación de fuentes naturales de agua.

Por su parte, la explotación de minerales implica la remoción de grandes masas de tierra, que luego es arrastrada por la lluvia a los lechos fluviales. En el caso de la extracción aurífera, si se toma como ejemplo el caso de Zaruma (provincia de El Oro), se observa que los análisis de agua revelan concentraciones promedio que oscilan entre 0,1211 y 0,2348 miligramos de mercurio por litro (mg Hg/l), cuando el límite permisible es de 0,020. Tales cifras, obvio es decirlo, suponen unos índices de contaminación altísimos.

Plaguicidas

La contaminación ocasionada por plaguicidas es un hecho generalizado en el Ecuador, aunque no existen datos oficiales que registren la magnitud del problema. Un estudio efectuado en el río Jubones determinó la presencia en el agua de algunos productos altamente tóxicos, como aldrín, eldrín, DDT, BHC y toxafeno, que forman parte de los plaguicidas conocidos como «la docena sucia», cuya importación está formalmente prohibida en el país, a pesar de lo cual se utilizan con cierta asiduidad en el medio rural. Así mismo, en el proyecto Babahoyo, se identificó en las aguas de riego y drenaje la presencia de componentes clorados y fosforados que provenían de los insumos agrícolas empleados en la zona.

Petróleo

En las zonas de explotación petrolera, en el nororiente del Ecuador, la contaminación de las aguas tiene su origen en las descargas de aguas de formación producidas por la actividad petrolera, debido a su volumen, a la permanencia de los caudales y a su composición química. Otra causa de contaminación del agua en la Amazonía son los derrames directos de petróleo, de los que se registraron 58 sólo en un año, de octubre de 1994 a octubre de 1995. En las operaciones de transporte por el oleoducto y en las de cabotaje para la comercialización del petróleo se han reportado derrames de millares de barriles, tanto en los ríos como en el mar.

En la provincia de Esmeraldas, la refinería de petróleo está ubicada a 6 kilómetros de la ciudad homónima y tan sólo a 800 metros de los barrios periféricos, habitados por unas 70.000 personas. En esta provincia, el sector de la salud ha denunciado cambios en el pH del agua del río Tiaone y la elevación de su temperatura. Según se ha podido apreciar, el agua del río se torna ácida y más caliente, de lo cual se derivan enfermedades que afectan a la población que la consume.

La lucha contra la contaminación del agua

La necesidad de conseguir adecuados índices de salubridad de las aguas ha conducido a la puesta en marcha de diferentes acciones encaminadas a tal fin. Entre ellas, destaca por su originalidad la de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), que se propone eliminar la contaminación del río Machángara mediante la aplicación de la energía nuclear. Una primera etapa del proyecto demostró la validez de la propuesta cuando logró eliminar de las aguas detergentes y fenoles, así como coliformes y otros microorganismos, además de convertir sulfuros en sulfatos y suprimir malos olores, aunque por el momento no se logró resolver el problema de la presencia de metales pesados del agua, elementos de altísima capacidad contaminante por sus elevados niveles de residualidad y toxicidad. El principal obstáculo con que tropezó el proyecto de la EPN para su ampliación fue el de la ausencia de fuentes de financiamiento, pues sólo la obtención del haz de electrones que se necesita requeriría más de 1,5 millones de dólares.

Existen además propuestas que plantean el involucramiento del sector industrial de la provincia de Pichincha en planes que buscan reducir la contaminación de los ríos y se orientan a dar cumplimiento a disposiciones legales como las relativas al tratamiento de los residuos industriales antes de su descarga en los cauces naturales. El monto del proyecto global supera los 300 millones de dólares, lo que constituye el principal obstáculo para su concreción.

En las zonas rurales del país existen formas de organización de la sociedad civil reconocidas por el Estado, las denominadas Juntas de Aguas, que se encargan de administrar el uso y manejo del recurso para consumo humano, riego y abrevadero en sus espacios comunales. Se observa una tendencia creciente de estas instancias por introducir actividades relacionadas con la protección de sus fuentes de agua, a través de proyectos de reforestación y de reducción de los niveles de contaminación por plaguicidas.

El agua y la ley

En el Ecuador se ha promulgado un amplio articulado legislativo encaminado a garantizar el buen uso y manejo del recurso agua. Las leyes determinan que ninguna persona puede eliminar hacia las aguas los residuos -sean sólidos, líquidos o gaseosos- sin haberlos sometido a tratamiento previo que los convierta en inofensivos para la salud. No obstante, tanto la aplicación como el cumplimiento de las disposiciones legales existentes son a todas luces insuficientes. En la actualidad, algunos municipios están trabajando en el control de los niveles de contaminación de los ríos.

Fuente: Enciclopedia del Ecuador

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